El trabajo realizado bajo el nombre de "Revolucionarios del Kurdistán" tuvo una gran influencia en el pueblo kurdo a partir de los ataques del gobierno turco y de la participación del Partido Turco Fascista (MHP). Al mismo tiempo, los terratenientes cuyo poder se había reducido con el crecimiento de la organización trataron de destruirla con brutales actos de violencia. El 19 de mayo de 1978, Halil Cavus, un líder ampliamente conocido y querido entre los kurdos, fue asesinado por una banda de asesinos controlada por los terratenientes. Esto provocó una guerra intensa contra los terratenientes locales, que obtuvo un gran apoyo. Se organizaron reuniones que tuvieron una gran audiencia en Erzurum, Dersim, Elazig y Antep, en las que participaron representantes de las regiones y poblados circundantes. El 27 de noviembre de 1978 el Congreso Constitutivo del PKK se llevó a cabo en condiciones extremadamente difíciles en Fis, un pueblo en la devastada área de la provincia de Diyarbakir, con una asistencia de 25 miembros. En este histórico congreso se discutió y aprobó el programa y mandato del PKK. Se establecieron las estructuras central y orgánica del Partido. La fundación del PKK fue el inicio de una esperanza para el Kurdistán, que no tenía representantes organizados para enfrentar la represión. Es por ello que el pueblo kurdo se aglutinó alrededor del PKK y sus organizaciones en tan corto tiempo, y participó en sus actividades, aportando todo lo que podía. El PKK creció como movimiento rápidamente, conformando una base social masiva. El gobierno turco continuó incesantemente con sus ataques militares. Particularmente los órganos del gobierno junto con los terratenientes lanzaron brutales actos de violencia reiterando a la población kurda LA IMPOSIBILIDAD DE VIVIR SIN LUCHAR. El gobierno forzaba al pueblo a capitular y morir. Tenían que luchar por su propia existencia. Para protegerse y defender a la población de la brutalidad y el terror del Estado, el PKK fue obligado a tomar las armas al cerrarse todas las vías legales que le permitieran reivindicar sus inalienables derechos para defender su identidad cultural y su lengua. A comienzos de los años 80 Turquía enfrentó una seria recesión económica y una crisis política. Los recursos financieros y crediticios se acababan, la pobreza de la mayoría del pueblo aumentaba. Políticamente el país se encontraba incapaz de elegir a un presidente y el parlamento era inmanejable. Estas condiciones llevaron inevitablemente a un golpe de Estado. En enero de 1980 el ejército dio a conocer su acción militar en un comunicado. En Turquía, donde existe una larga historia de golpes militares, éste se llevó a cabo el 12 de septiembre de 1980, cuando el ejército turco dirigido por cinco generales tomó el poder. Hubo diversas razones para efectuar el golpe. En primer lugar, la creciente lucha de liberación que se llevaba a cabo en el Kurdistán, razón de importante peso que fue confirmada por el jefe de la junta militar. En segundo lugar, el movimiento democrático de Turquía se había desarrollado hasta convertirse en una seria amenaza para el Estado. En tercer lugar, Turquía atravesaba una profunda crisis económica y política, y en cuarto lugar, la revolución iraní frenó el status quo norteamericano en la zona del Medio Oriente, en el que veían peligrar sus intereses, por lo tanto había que mantener el control de Turquía. Por este motivo, los Estados Unidos tomaron parte activa en el golpe para instaurar la junta militar.
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